domingo, 17 de mayo de 2009

Benedicto XVI reconoce "la vergüenza" de la división de los cristianos

El Papa saludó al patriarca greco ortodoxo Teófilo III, así como a representantes de otras iglesias ortodoxas, y un representante anglicano y dos luteranos en un encuentro que recordó el abrazo que se dieron en esta Ciudad Santa el Papa Pablo VI y el patriarca ecuménico de Constantinopla Atenágoras, en 1964, dando un giro decisivo a las relaciones ecuménicas impulsado por el Concilio Vaticano II.
El Santo Padre meditó en el escándalo que supone la desunión entre los cristianos, al constatar "que al abrir los brazos en la Cruz, Jesús reveló la plenitud de su deseo de atraer a toda persona hacia sí, reuniéndolos a todos en unidad".
"No sorprende, por tanto, que ante nuestro ardiente deseo de llevar a Cristo a los demás, de dar a conocer su mensaje de reconciliación, experimentemos la vergüenza de nuestra división", siguió diciendo.

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